lunes, 27 de junio de 2016

Pensar, recapacitar y decidir

No arriesgar, no decidir por mejorar te invita al fracaso, destinas tu vida a una "muerte" augurada. Cambiar, evolucionar, vivir sin miedo. (https://www.instagram.com/enrikecasanz/)

Hacía bastante tiempo que no escribía en el blog. Entre unas cosas y otras, he vivido una espiral de acontecimientos que, en muchas ocasiones, me han dejado sin respiración. La última entrada fue el 28 de mayo y, desde entonces, me han pasado muchas cosas que me han hecho pensar, recapacitar y decidir. | Por Enrique Calvo.



Pensar: Considerar un asunto con atención y detenimiento, especialmente para estudiarlo, comprenderlo bien, formarse una opinión sobre ello o tomar una decisión.

Quizás pensamos demasiado. Nos dejamos influir por nuestros sentimientos y le damos demasiadas vueltas a la cabeza. Como versa el título de este blog: "La vida (no) está para comprenderla" y qué razón lleva. Lo he dicho en varias ocasiones, este blog estaba destinado a hablar sobre la búsqueda de la felicidad en varios aspectos de la vida, en saber qué es la felicidad y en saber actuar para mantenerla cuándo la hemos encontrado, pero, ha llegado el punto en el que el blog se ha convertido en mi diario personal de reflexiones.

Pensar no es malo, pero hacerlo demasiado nos lleva a ideas con las que caemos en la melancolía, en las obsesiones, en las fobias y, siempre, (aunque en último lugar) a sentimientos y pasiones que nos impiden hacer lo que realmente queremos. Además, que pensar en exceso nos dará dolores de cabeza, mal estar general... Entonces, ¿vivimos mejor sin pensar?

Recapacitar: Reflexionar con detenimiento y atención sobre un asunto, especialmente sobre una decisión propia.

Siempre se ha dicho que recapacitar es de sabios, ya que nos llevará a reflexionar sobre los asuntos que verdaderamente merecen la pena, con los que nos hemos vuelto locos pensando, nos han dado dolores de cabeza, no hemos podido dormir, etc. 

Para recapacitar debemos equivocarnos. Equivocarnos es de humanos. Siempre nos equivocaremos y eso nos diferencia del resto de animales. Por ejemplo, a un perro que ha mordido tu cojín favorito, podrás chillarle, castigarle sin su premio o regañarle, pero no podrá recapacitar sobre lo que ha hecho. Incluso, si me apuras, a los pocos minutos volverá a morder el mismo cojín... Los humanos podemos sentir igual que el resto de animales, nos enamoramos, entristecemos ante una pérdida... todo igual que los animales, pero podemos pensar, recapacitar y tomar decisiones.

Decidir: Tomar una determinación definitiva sobre un asunto.

La capacidad de decidir muchas veces nos lleva por el camino de la amargura. Sin ir más lejos, os pongo mi ejemplo: acabar los estudios obligatorios y no saber si la decisión que he tomado es la correcta ya que quiero continuar estudiando pero igual no es lo adecuado...

Para decidir hay que arriesgar y, en más de una ocasión, tendremos que dejar cadáveres por el camino, personas con las que teníamos una apego especial pero que ya no cuadran en tu futuro. También tenemos que ser capaces de poder arriesgar. Quién no arriesga no gana, ¿no? Pero, ¿cómo sabremos si la decisión que hemos tomado es la correcta?

Pensar, recapacitar y decidir. En eso se resume nuestra existencia. ¿Se puede decidir sin pensar? Sí y no. Para eso, se supone, que existe la Inteligencia Intuitiva...

Según una página web, la Inteligencia Intutiva enaltece nuestra capacidad para decidir y resolver problemas en muy poco tiempo. Es un concepto que va contracorriente ya que siempre hemos pensado que para tomar buenas decisiones, es necesario pensar detenidamente, no apresurarse y analizar los pros y los contras de la situación. (...) La Inteligencia Intuitiva no sería nada más que dejar aflorar a la conciencia todo aquello que ya sabemos, en aras de resolver un problema y tomar decisiones con extraordinaria rapidez. No se trata de razonar sino de saber escuchar a nuestro inconsciente y a nuestras emociones.

Por lo tanto, y ya como reflexión final, quizás todos debemos dejar que las cosas fluyan sin darle más importancia de la que tiene. El tiempo es sabio y, gracias a Dios, nos sobra tiempo.

1 comentario:

  1. Me ha encantado , gran reflexión y toda la razón el tiempo el dichoso tiempo nos da las mejores respuestas a nuestras preguntas , y efectivamente yo soy de las que el que no arriesga no gana nunca se sabe todo pasa por algo y sí no te arriesgas nunca lo sabrás te quedaras con esa duda siempre muchos besos

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