jueves, 22 de septiembre de 2016

Querido Dios


Querido Dios,

Yo sé que, no del modo que nos quieren vender, existes. Puede ser de una manera totalmente diferente a la del hombre con barba blanca larga y con un triángulo enorme en la cabeza porque, sí, he de decirte que te pintan así, Dios. Sea como fuere, tengo que confesar que sé que existes. No podemos estar a nuestro libre albedrío en este enorme planeta y, obviamente, alguien maneja los hilos de nuestro destino. Sea quién narices seas, tan sólo he de decirte que, por raro que parezca, tengo que agradecerte el seguir aquí en La Tierra, para vivir las putadas que a veces me haces sufrir. Sé que las cosas no han ido muy bien entre nosotros a veces, ya que en miles de ocasiones te he pedido llorando que me tratases bien y, como no lo has hecho, pensaba que le dabas la espalda. Eso hace 3 años que me di cuenta que cambió, ya que podías haberme dejado allí y llevarme contigo después pero decidiste que mi vida debía continuar para sonreír y que dejase de lado todo el miedo y la oscuridad que tenía a mi alrededor. Tengo que confesar que me ha costado un poco de tiempo asimilar todo pero estoy aquí para agradecerte y pensar que todo pasa por algo, que todo se transforma y que todo cambia.

Querido Dios, gracias por ayudarme a comprender lo complicada que es a veces la vida, que cuánto más felices somos tenemos que estar alerta para recibir algún golpe desafortunado pero que cada golpe me ha hecho más fuerte y ahora es cuando puedo decir que soy más fuerte que ayer.

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